La mañana del veintiocho de febrero despertó a sor Catalina, no se sabe a qué hora el doble de las campanas de la abadía despierta a la abadesa. Su tañido monótono y eterno le trajo a la mente los recuerdos de su infancia. Las voces de sus abuelos, de sus padres le aguijoneaban el alma, la imaginación de la abadesa es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle de la rienda. Intentó dormir de nuevo. ¡Imposible! Por salir del tormento, se decidió a escribir, todo lo que había soñado; todas las palabras de sus abuelos corren como una hilera de hormigas, corriendo como el caballo de espadas del Tarot, que todo lo acelera. ¡Allá va! Corriendo, volviendo la cabeza al crujir de los cristales de su balcón estremecidos por el aire frío de la mañana. Un día que se abrirá con ofrendas a la Bandera de Andalucía; el aliento de marzo empuja soltando la amarra que aprisiona las voces de los hombres y mujeres de esta época, yugo invisible, una torre alta que se cae al doble de las campanas que anuncian la misa de difuntos. Cual princesa encantada, sor Catalina es mimada por un Hada Madrina llamada María: La Virgen María vestida de blanco, con manto celeste, rosado su rostro, teje su pelo un racimo de estrellas. ¡Bienvenida, Hada Madrina! -No sea el tiempo viejo, recibe con amor el generoso embajador del Cielo de Dios Padre. Vierten los Ángeles los exprimidos rayos sobre la campiña de Andalucía, hoy corresponde un milagro.-dice La Virgen.
La intensa claridad de la luna sumía el jardín de la abadía en un inquietante juego de sombras. Sus rayos, como penetrantes saetas, atravesaban las ramas más altas de los abedules para caer, con extraña precisión, en puntos determinados del suelo marcando un camino espectral, sin contornos ni limitaciones. El silencio era absoluto, vacío de todo sonido de vida, e incluso las suaves ráfagas de viento que soplaban del norte parecían pasar entre las hojas, cuidadosamente, temerosas y mudas. Hacía ya muchos años que aquel lugar había sido declarado maldito, y desde entonces los más increíbles rumores corrían de boca en boca, sin detenerse, penetrando en el Bosque Mágico y en especial en el convento hasta crear una insólita liturgia del misterio. Sor Catalina era la más vieja del lugar, ella se ocupaba de transmitir las leyendas de sus ancestros, y Damián como sacerdote de un viejo culto que se resistía a cambiar.
Era imposible negar que el cura Damián mantenía su propia guerra particular contra la población cercana. Desde su llegada, no había cesado de lanzar duros anatemas contra la romería anual que se celebraba en la Capilla de Santa Ana, llegando incluso a prohibir la fiesta y negando la entrada de los peregrinos a la Capilla. Desde su atril, clamaba con el fuego del infierno para aquellos que, desnudos y con ramas de castaño, se adentraban en el bosque y bañaban su cuerpo en las milagrosas agua de la Fuente de la huerta Monte Sión. Y contra la romería clamaba diciendo: ¡Os bañais en los vapores etílicos, os lleva a las atrocidades de la lujuria! Sin embargo, Damián, con ojos incrédulos, contemplaba como su feligresía se reducía sin cesar, en tanto que la romería se había trasladado a las calles y parques de la ciudad en perpetuidad, disminuyendo la asistencia de los ciudadanos a los bares y discotecas del lugar.
La Virgen del Carmen, patrona de los marineros, cuyo origen se perdía en la oscuridad de los siglos, era venerada con una gran devoción popular que le otorgaba poderes milagrosos de fertilidad y abundancia: la capacidad de encontrar pareja y asegurar la salud de la prole, e incluso mantener vivo el amor en los corazones de los esposos y esposas asegurando el goce del placer sexual a edades avanzadas. No había ninguna duda de que la población estaba satisfecha con los resultados. La Santa Virgen del Carmen, parecía complacer todas las demandas y no se conocía queja alguna que hiciera vacilar la fe en su santidad y gran poderío, a pesar de la aparente contradicción de la propia vida de los lugareños que se declaraban anarquistas unos y otros muchos apolíticos e incluso los comunistas eran fervorosos en su fe a la Santa Patrona de los marineros del Barrio de Bajo de Guía. La historia oficial contaba de la Virgen que era con rapidez que atendía todas las suplicas y ruegos para traer niños al mundo. -¡Esto no puede seguir así! - la abadesa andaba de un lado a otro en la minúscula habitación que le servía de despacho, inquieta y nerviosa. El cura Damián, su ayudante, la observaba con un temor reverencial.
-Quizás si hablaras con Nuestro Señor Jesucristo... -apuntó con timidez. -¡Hablar, hablar, hablar! -respondió con irritación la abadesa-. ¿Acaso dudas de que no lo haya intentado una y otra vez, padrecito? Esta gente insolente que se ha enriquecido de manera rápida, debido a sus corruptas prácticas, no se aviene a razones, solo desean escalar los lugares más altos de las empresas de las administraciones públicas y, por lo que parece, nuestras creencias no les interesan, porque no se corresponde a sus intereses. Algunos pretenden alcanzar categoría en el momento de su muerte, como si con ello pudiera borrar sus orígenes humildes, ¡ son hijos y nietos de campesinos, de obreros... ¡Olvidar cómo sus abuelos trabajaban de sol a sol! ¡Olvidar el ultraje a la bandera Nacional! ¡Olvidar la guerra! Cuando aún el mundo anda por los caminos de la muerte. ¡No pueden hacerlo! Tranquila hermana Catalina. - procuraba apaciguar los ánimos de su amiga. -¡Todo eso no le importa nada, hermano!... Está ciego de soberbia, ni siquiera quiere discutir el tema de la reencarnación. ¡Y para que no nos falte de nada y no podamos pecar de ociosidad, Dios nos asista, se nos echa encima el problema de Ucrania! La guerra todo lo está trastornando. La gente codiciosa corren con los brazos abiertos invirtiendo en la Bolsa de Nueva York.
-¡Hermana! ¡Quien no corre como un poseso en busca de los beneficios hacia el laberinto de la serpiente, ellos se arrojan en los brazos de ese trastornado demonio Satanás!... -Las cosas no pueden ir a peor para todos nosotros, hermano. -Se dice que Jesucristo obra milagros, abadesa sor Catalina, ruegue al Maestro Jesús de Nazaret la Paz, Su Luz y Su Amor. Juan el pescadero, me contó que curó a su hijo ante sus propios ojos. Dice que lo llevó a la Iglesia de Madre de Dios, puso a su hijo delante de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, una brisa sopló en la nuca de su hijo, el niño entró en trance, y a los pocos minutos, ante sus propios ojos el niño se curó de leucemia, Juan aún anda saltando de júbilo. ¡Juan cree que el soplo divino curó a su hijo! -¡Un milagro de tantos, hermano, el Sagrado Corazón obra verdaderos milagro, solo hace falta FE, la fe en gran cantidad obra todo los milagros, lo dijo Jesús: <<¡Según tu fe se te dará, con humildad todo se te dará!>> No lo dude hermano. Rogaremos a Jesús por la Paz del Mundo, hoy, he dicho hoy. -El cura Damián era un hombre temeroso, dudaba de Dios. -Esto no puede ser así hermana, como el soplo de una brisa en la nuca va a curar una enfermedad tan grave, yo lo siento pero no lo creo. -La hermana abadesa, cerró los ojos y clamó al cielo- ¡Ay, Señor! Haz que el cura crea en tus milagros. Necesitamos un milagro ilumina Señor a los sacerdotes a los políticos y a todos los maestros hoy.
-¡Hermana, la verdad está en la Palabra de Dios, la Biblia cuenta la Verdad. -¡Sí, hermano! <<Y, tras siglos de guerra, nos atrevemos a hablar en el nombre de todos nuestros muertos de cualquier época, condición, estamento o creencia. En todo caso, en la historia aprendimos que ellos, los muertos, somos nosotros los encarnados, y que nosotros seremos vosotros, los por nacer libres e iguales, y que vosotros seréis pronto ellos, los muertos, es decir, nosotros.>> Las escrituras semitas nos transcriben todas las vocales y eso genera varios problemas ortográficos, sobre todo cuando se trata de gentilicios y de términos geográficos. Existe, claro está, un sistema consolidado por los filósofos arabistas que probablemente indique la más correcta y exacta transcripción, pero que también puede resultar arduo para los lectores en lengua española porque utiliza caracteres y tildes no frecuente entre nosotros. He dejado, muchas pistas para una lectura esotérica de esta novela que escribo de la historia de Alura...
<<Razonando según el curso común de la naturaleza y sin suponer ninguna nueva interposición de la causa suprema, la cual debería excluirse siempre de la filosofía, llegamos a la conclusión de que lo que es incorruptible ha de ser también ingenerable. Por lo tanto, si el alma es inmortal, debió existir antes de que naciéramos; y si la existencia precedente no nos afecta, tampoco puede afectarnos la futura... Por lo tanto, la metempsicosis es el único sistema de este género al que puede prestar atención la filosofía.>>
Southey dice en sus Citas: <<Creo firmemente en un estado de conciencia continua a partir desde esta etapa de existencia, y no me parece imposible que lleguemos a recobrar la conciencia de las etapas inferiores por las que de un modo indefectible debemos haber pasado previamente... El más humano de todos los sistemas es el de la existencia progresiva. Porque admitiéndolo, todo cuanto nosotros comprendemos es tan sensato y tan bueno, y todo cuanto hacemos o no tan maravillosamente perfecto o irresistible, que el sistema más humano es el más probable.>>
La abadesa, sor Catalina, toma una carta escrita por el extraño genio de William Blake (el artista) a su amigo John Flaxman (el escultor):
<< En mi cerebro tengo estudios y cámaras repletas de cuadros y de libros que pinté y escribí en épocas de eternidad, anteriores a esta vida mortal; obras en que se deleitan y estudian los arcángeles.
<<Tú, amigo Flaxman, eres un sublime arcángel, el amigo y compañero de la eternidad. Lanzo una mirada retrospectiva a las regiones de la reminiscencia y allí veo nuestros viejos días, de antes de que la tierra apareciese con su mortalidad vegetativa ante mis ojos mortales. Veo nuestras moradas de eternidad que no pueden separarse jamás, aunque nuestros vehículos mortales se encuentren distanciados en los lugares más remotos del cielo.>>
-Hermano, no hay más remedio que aceptar que la hipótesis de la preexistencia atrae poderosamente a todo el que trata de reducir el sistema moral del universo a leyes inteligibles. Aunque esta doctrina no esclarece el problema ultérrimo de la existencia del mal moral (que solo se desplaza un paso), en cambio la solución que da cuando trata de explicar la diferencia de estados y fortunas de los individuos diciendo que han sido originados por un proceso directo pero desconocido de sus actos voluntarios, satisface a la inteligencia en cuanto a la equidad de su manifestación inmediata y de su cortejo físico, de lo cual desgraciadamente somos testigos.
Es tan probable que el presente sea resultado de un estado anterior, ahora casi olvidado, como que el estado actual será seguido por una forma futura de existencia en la cual ha de ser el olvido casi tan completo como ahora. Y si es cierto que sentimos ansia de ese estado futuro, que tenemos puestas las esperanzas allende la tumba y experimentamos deseos de abarcar la eternidad, sentimientos que muchos suponen son prueba directa de la realidad del estado futuro, también es cierto que tenemos débiles indicios del pasado, cual si en el alma vibraran los ecos de una armonía que no es de este mundo. Wordsworth dice que semejantes convicciones forman parte del patrimonio olvidado de nuestra raza.>>
-Acercandose a Damián, toma un libro leyendo al novelista Bulwer-Lytton expone de la siguiente manera su opinión sobre esta verdad:
<<Quizá la eternidad consista en una serie interminable de transmigraciones, de muertes, de abandonos de hogar por otro en busca de lugares más bellos y alturas más elevadas. El espíritu levanta su tienda época tras época, y predestinado a no descansar en el estúpido Elíseo de los paganos, lleva consigo eternamente sus dos elementos de actividad y deseo.>>
Pezzani, autor de La pluralidad de las vidas de las almas, escribe: <<La estancia en la tierra es tan sólo una nueva prueba, como dijo Dupont de Nemours, ese gran escritor que ya en el siglo XVIII se adelantó al pensamiento moderno; y es así, ¿no es evidente que el recuerdo de las vidas pasadas sería un serio obstáculo para las pruebas a que nos vemos sometidos, porque quitaría muchas de sus dificultades y, por consiguiente, de sus méritos, así como su espontaneidad? Vivimos en un mundo en el que son todopoderosos el libre albedrío y la inviolable ley de adelanto y progreso humano.
Si el alma recordara sus vidas pasadas, conocería la significación y las consecuencias de las pruebas que le están reservadas; de forma que si era indolente y descuidad, se haría insensible a los propósitos de la Providencia, y acabaría por considerarse impotente para dominarlas; pero si era de mejor calidad, las aceptaría y sobrellevaría sin desfallecer. Sin embargo, ninguna de estas dos suposiciones es necesaria, ya que la lucha ha de ser voluntaria y desprovista de la influencia del pasado; el campo de combate debe parecer nuevo, para que el atleta pueda mostrar y practicar en él sus virtudes.
La experiencia ya adquirida por él y las fuerzas que ha sabido conquistar le ayudan en la nueva lucha; si bien lo hacen de tal forma que él lo ignora, pues el alma imperfecta se reencarna a fin de desarrollar las cualidades que ha manifestado ya y liberarse de los vicios e imperfecciones que se oponen a la ley ascensional. ¿Qué ocurriría si todos los hombres recordasen sus vidas anteriores? El orden de la Tierra se desharía, pues actualmente no está fundamentado en semejantes condiciones. El Leteo y el libre albedrío son las leyes del mundo actual.>>
Leemos los siguientes párrafos en uno de los primeros ensayos de Emerson, El método de la naturaleza): <<Nosotros no podemos describir la historia natural del alma, pero sabemos que es divina. Yo no sé si las maravillosas cualidades que ahora residen este cuerpo mortal volverán a reunirse con igual actividad en otro, o si han tenido antes su historia natural, semejante a la del cuerpo que en nuestros ojos; pero lo que sí sé es que no empezaron a existir ahora y que no pueden enfermar con mis dolencias, ni enterrarse en mi tumba, sino que circularon por el universo y existieron antes de que fuera creado el mundo. nada puede cerrarles el paso ni contenerlas, puesto que penetran el océano y la tierra, el espacio y el tiempo, la forma y la esencia y poseen la clave de la naturaleza universal.>>
Y en una de sus últimas obras (sobre la inmortalidad) dice de nuevo que: <<La fábula del Judío Errante puede aplicarse a todos los hombres, pues para realizar sus pensamientos, necesitan más tiempo y espacio. Pero todavía podemos poetizar aún más la leyenda. Soñemos que nos trasladamos a otro planeta, tales como somos, con nuestra experiencia, y que asimilamos toda la posible sabiduría de sus habitantes; y una vez que hemos adquirido todo lo posible en la nueva experiencia, nos trasladamos a otra nueva escena. En cada traslado adquirimos, por verlo a distancia, un nuevo señorío sobre los antiguos pensamientos, en los que estuvimos absortos profundamente.>>
James Freeman Clarke escribe en las Diez grandes religiones, II, 190: <<La doctrina vulgar de la ciencia actual consiste en que el hombre ha llegado a su presente estado de desarrollo después de pasar por formas inferiores. La evolución enseña que hemos alcanzado nuestro estado presente ascendiendo lenta y gradualmente desde los organismos animales. Es cierto que la teoría darwiniana no se preocupa de la evolución del alma y sí únicamente de la del cuerpo; pero yo creo que, relacionando los dos puntos de vista, se resolverían muchas de las dificultades que todavía entraña la teoría de la selección natural y de la supervivencia de los más aptos. Para creer en la evolución es preciso admitir que el alma ayuda al desarrollo de las especies nuevas. De esta manera cooperarían en una misma obra la ciencia y la filosofía; y la poesía no vacilaría en prestar su divina ayuda.>>
<<La obra más sublime de los tiempos modernos y quizá de los antiguos, escrita sobre la inmortalidad, es la voluminosa Historia crítica de la doctrina de la vida futura, debida a la pluma del reverendo William R. Alger. Fue publicada en 1860 y todavía sigue siendo la autoridad suprema sobre este tópico en toda la Cristiandad. Gran parte de nuestro libro se ha inspirado en ella. El autor era un sacerdote unitarista que dedicó la mitad de su vida a redactar la obra, minando con ello su salud. En la primera edición (1860) caracteriza el autor la reencarnación, diciendo que es un plausible error indigno creerse. Durante quince años continuó estudiando el problema y en su última edición (1878) expone el resultado final de sus maduradas investigaciones, diciéndose y abogando en favor de la reencarnación. No podría darse argumento más valioso en favor de esta doctrina que el de este simple acontecimiento, pues es extraordinariamente significativo el que un clérigo cristiano, cuya vida dedicó a estudiar el destino del alma, acabara como culminación de su erudición y estudios. A semejante resultado llega por una serie de razonamientos que los seminarios de todas las órdenes religiosas no tienen más remedio que aceptar su libro como obra maestra. Con su permiso hemos copiado lo siguiente de uno de los capítulos suplementarios:
<<Todos los razonamientos que se arguyen en favor de la resurrección pueden aplicarse con no menor valor a la transmigración. El argumento de la analogía es verdaderamente poderoso. Contemplando el espectáculo universal de la vida encarnada, es natural que sostengamos que éste es el eterno esquema que se realiza por doquier; que, la variedad de las almas, encuentran en la variedad de mundos una serie interminable de aventuras en organismos adecuados a ellas, y que hay, como dice San Pablo, una especie de carne de pájaros, otra de animales, otra de hombres y otra de ángeles, etc. El que no recordemos actualmente nuestras vidas pasadas no es una prueba contraria a su actualidad.
Todas las noches perdemos el conocimiento del pasado y, sin embargo, recobramos al despertarnos la memoria de toda la serie de días y noches. Del mismo modo, en una vida olvidamos o soñamos, y en otra, recobramos el recuerdo de todas las experiencias por que hemos pasado. De todos modos es preciso confesar que, entre todas las formas refinadas y razonables que ha adoptado la creencia en la vida futura, ninguna ha predominado tan extensa y prolongadamente como ésta. La mayor parte de los hombres la sustenta, y ha sido profesada durante siglos y siglos por una mitad de la humanidad, con una intensidad de convicción casi inigualable. La constante reaparición de esta fe en todas partes y su permanente influjo en ciertas grandes naciones son dos hechos sobresalientes de la doctrina de las reencarnaciones del alma. La forma y experiencia de cada encarnación depende de los méritos y desméritos de las precedentes.>> Con razón se dice que la vida que vivimos en la Tierra sirve de disciplina y preparación para otra eterna superior...
Así es. Jesucristo viene a juzgar a los vivos y a los muertos, para juzgar a las almas de los hombres y mujeres que pasarán las pruebas, la vida eterna les espera. ¡Vivir el Cielo en la Tierra. Lee a Isaías... ¡Oh, Santo Dios! nuestra amiga Alura vió el Río del Cielo, ella dice: que el paisaje es indescriptible. El paisaje se parecía de un modo extraordinario al maravilloso de Kubla Khan, que tan a menudo vemos en la vida actual en lo vídeos de YouTube, acompañado de música. Todo allí es grande y hermoso. Aquí me aturde la soledad. Mi esposo, en sus comunicaciones astrales, no para de decir: <<Si hubiera sabido lo que sé ahora, habría vivido de forma diferente.>>
<<Ahora ya no sufro>>. Te preocupa que sufriera en el momento de mi muerte, y estoy aquí para decirte que el dolor físico está ligado al cuerpo. Ahora mi cuerpo descansa en paz, ¡ya no siento ningún dolor! Antes me desplazaba lentamente, con esfuerzo, ¡pero ahora soy tan ligero y libre que me basta un pensamiento para transportarme adonde quiero! Al hacer balance de mi vida, analicé la fuente de mis dolores físicos y me di cuenta de mi parte de responsabilidad (no culpabilidad) en la aparición de esas circunstancias. Ahora sé que fue mi alma la que eligió el camino del dolor, y ese camino me ofrece hoy una lección de compasión y de autonomía. Aquí, aprendo. Siempre me ha gustado aprender, y a veces he creído saberlo todo. Pero ahora que he traspasado el mundo físico de las tres dimensiones, estoy asombrado de ver cómo funcionan de verdad las cosas en este universo magnífico y perfecto.
<<Sigo sin comprender por completo la totalidad de la voluntad de Dios. ¡Alura! Haz de saber que es algo maravillosos. ¡Dios me ha confiado una misión muy importante. ¡Tú y Yo somos la creación sagrada de Dios! Y eso significa que al honrarnos a nosotros mismos estamos honrando a Dios, y honrándonos los unos a los otros. Y si hay algo seguro es que yo te honro. ¡Te amo! Alura, ¡yo te amo! Es cierto que nos equivocamos. Es cierto que la vida es corta, y todavía más desde mi punto de vista, bajo el cual la vida entera de un hombre parece pasar en una fracción de segundo. Así que estoy feliz de poder volver a estar contigo el resto de tu vida, porque te quiero... y porque Dios nos ha regalado todo el tiempo del universo. ¡Nosotros somos, nosotros seremos eternos en la maravillosa Tierra!
<<Existe un orden divino que rige todo lo que nos pasa, el momento de mi huida con esa ..., mujer incluido. Hoy sé que todo en este universo está calculado con una precisión matemática. Los accidentes no existen. De alguna manera, me han mostrado en el ORDENADOR DEL UNIVERSO a nuestros enemigos, sus estrategias para separarnos. Te lo aseguro, Dios lo tiene todo grabado. Aquel que decía ser mi amigo, te envidiaba, quería, ganar mi confianza, también te quería eliminar para ocupar tu lugar. Porque él sentía sentimientos de amor..., quería compartir su vida conmigo... Sabes lo preocupado que estaba siempre durante mi existencia física. Se diría que pasaba la mayoría de mis días (¡y de mis noches!) angustiado por mi futuro, por el dinero, por mi familia, mi madre no te quería, la habían convencido de que tú no estabas a mi altura y, ya ves,... Ahora me doy cuenta de que la mayoría de mis temores nunca se realizaron, y que yo fui el responsable de las cosas que sí me ocurrieron de verdad. Solo pensaba en volver contigo. Yo me decía: <<¡Si solo pudiera volver a mi cuerpo físico durante cinco minutos, pondría en práctica la Voluntad de Dios; que es estar unido a ti, sí a ti. ¡Mi amor! Dios me ha escuchado, estaba sentado bajo el Árbol del Paraíso, y Dios me ha dicho: <<¡Anda hombre y ve con tu esposa! Ella te espera. Ella te merece igual que tú a ella. Vosotros sois mis hijos. Y todo este Paraíso lo he creado para vosotros, para todos mis hijos. Hombre vuelve junto a tu mujer. Y habrás descubierto la mayor de las riquezas riquezas, ¡La Paz del Alma! Un corazón en paz es el mayor tesoro del hombre y de la mujer. Ahora se fiel. Ahora ella es fiel, los papeles se han invertido... El amor es la verdadera naturaleza del alma humana. Cuando basas tus elecciones en el amor, y no en el miedo, le estás diciendo "Sí" a Dios.
Me acuerdo de algunos momentos de mi vida en los que dejé que la opinión de los demás definiera quién era yo. Nunca era lo suficientemente bueno para ser aceptado. Y se debía a que vivía con miedo. Pero ahora sé que el amor es mucho más poderoso que el miedo. Esa mujer..., me hacia sentir el responsable de ella y de sus hijos. Iba y venia. Yo quería romper, pero había una fuerza invisible que me impedía reaccionar... Me chantajea..., quería torturarme, sobreprotegiendome me debilitaba, haciendo de mí ser un pelele. Ahora sé, porque no podíamos hablar,porque la duda que sembraron entorno a nuestro amor, fue una pared invisible, contra la que nos estrellamos los dos. ¡Vuelvo con mi cuerpo a la Tierra! Pero, no se lo digas a nadie, volverán a boicotear nuestro encuentro. El miedo separa, el amor une. De manera que en cada una de tus elecciones, mantente fiel a tu naturaleza y elige el amor. Desde aquí, intento arreglar con Dios mi regreso, y quiero que sea lo antes posible. ¡Te amo! ¡Yo te amo con todo mi corazón! Viviremos felices, durante toda la eternidad es la promesa de Dios a los Profetas Isaías y al Jefe Pluma Blanca: ¡Cuando la Gran Búfala Blanca regrese a la Tierra, traerá la paz y la alegría a toda la Tierra. Y, con ella llega Jesucristo! Toda la Tierra será purificada, y hay que ser fuerte para enfrentarse al Juicio de Dios-Cristo. <<El ego de una persona sólo podrá ejercer su influencia en sus semejantes, hasta que éstos dejen de rendir tributo a su propio ego humano y eleven su consciencia cada vez más a Dios. La forma más rápida de que lo inferior abandone al ser humano, es que éste se confíe a Dios en cada situación.>>
¡Alura!, en mi corazón hay una gran aflicción por todos mis hermanos y hermanas que se denominan cristianos, pero que no honran al gran Espíritu, al Cristo de Dios, por medio del cumplimiento de Su enseñanza, que Él nos dio a los seres humanos siendo Jesús de Nazaret. Jesús de Nazaret, un hombre de la estirpe de David, nos trajo la Redención y el camino hacia el Hogar del Padre: Jesús -un nombre de persona, para acreditar a ese ser humano en el mundo, a la <<persona>>-. Ésta albergaba en sí lo impersonal, lo que no tiene nombre, al ser divino, al Corregente de los Cielos, a la Fuerza parcial de la Fuerza primaria, omnipresente en las fuerzas creadoras del Universo: al Hijo de Dios.
El Espíritu eterno del amor, de la Sabiduría y grandeza adoptó una forma visible en un Hijo del Hombre, del pequeño pueblo de Nazaret, el hermano de Sus hermanos y hermanas humanos. Sus padres fueron María, una mujer sencilla y modesta, y José, el carpintero. Con él, el gran Espíritu encarnado del Amor y de la Sabiduría, el Cristo de Dios en Jesús, aprendió el oficio de carpintero. Si los seres humanos nos hiciéramos profundamente conscientes de estas interrelaciones entre María, la mujer sencilla, José, el carpintero de Nazaret y su Hijo, el carpìntero Jesús, podríamos comprender muy paulatinamente lo que nos quiso decir Dios, nuestro Padre eterno, a través de Su Hijo Jesús, el carpintero.
Tú no necesitas estudiar teología para experimentar a Dios. A Dios no se le puede estudiar. A Él tampoco se le puede encontrar estudiando teología, sino exclusivamente en el corazón sin nombre de aquellos que no aspiran a tener un rango, a nombres con rótulos..., sino que únicamente abren su corazón al Gran Espíritu, que es el Amor, la Sabiduría y la grandeza de la pureza de la vida en esta Tierra. A Cristo, en aquel entonces llevó una vida sencilla, al mismo nivel que sus hermanos humanos, que rezaba y trabajaba y que no dominaba el lenguaje ni la escritura de los <<entendidos sacerdotes>> de Su tiempo, no se le encuentra bajo ningún birrete de doctor. Él no es un miembro de la cadena de cargos oficiales en la que tienen su puesto los <<dignatarios>> de este mundo. Tampoco Le encontramos en la cruz artísticamente adornada y guarnecida de piedras preciosas... Él no está con los que malversaron Sus palabras, llevando a la Humanidad a los abismos. Cristo revela la Verdad. Fin por hoy. Hasta cuando así Dios lo quiera. La Paz Universal es la conquista del Mundo venidero: LA EDAD DORADA hombres buenos. Hombres competentes que trabajan por amor a su gente. La vida sencilla es nuestro derecho, y ha sido concedida a unos pocos, sé tú uno entre los muchos que elige vivir la eternidad aquí en el planeta más maravilloso de todas las galaxias. Madre Tierra te amo.
Mensajes desde Sanlúcar de Barrameda el Paraíso de Adán y de Eva de la actualidad. Ahora son esqueletos cubiertos de carne fresca... La mujer venía delante, ella se adelantó trayendo un pergamino consigo. ella vuelve del revés a los agonizantes hombres. Amiga de las Estrellas, la mujer ...amiga de hacer trabajos a la Luna, se queda sin su fortuna, y los pisos deshabitados por las cagadas de las palomas, dan vida a los fantasmas espectrales. Banquete de muertos se levanta la furia del Leviatán de las Rusias. ¡Rusia debe declarar su amor a Jesús de Nazaret y a Su Madre la Virgen María Inmaculada de la Concepción. Rusia se salva por los hilos de unas frases dichas por los sabios de los siglos. América. Europa. China y Rusia veremos la caída de los cuatro imperios, la gran cagada de la humanidad contemporánea, y mira, que todo está escrito en El Libro de la Vida.
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