Dentro de nuestro corazón se puede encontrar la Máquina del Tiempo. En lo profundo del corazón humano arde la chispa divina; la energía del Yo Soy, es decir la partícula atómica de la luz divina: Dios. Estoy exponiendo un asunto que nos cuesta entender, por el montón de basura que han echado sobre la Verdad de Dios y de nuestra naturaleza humana y divina, porque como dijo Jesús de Nazaret: ¡Nosotros somos dioses; hijos del Creador, Dios el Eterno! Dios quiere que muchos nos despertemos, para que los muchos se salven y sigan poblando toda la Tierra; sus reglas son sencillas, sólo hay que cumplir los Mandamientos de Moisés y el Sermón de la Montaña de Jesús de Nazaret. Desde la venida de Cristo, nada nuevo se ha dicho ni escrito bajo el sol, así que lo que dijo el Maestro Jesús sigue imperando. El orgullo es un pecado terrible a los ojos de Dios. Así, que esta que escribe lo hace porque es su misión de vida: Hacer útil lo útil; sólo esta es mi misión. Y me ha costado muchos años comprender que solo esto he de hacer. Por eso, es que copio los textos de los sabios, para hacerlos útil, si las palabras escritas no salen de los libros, no son útiles a los demás, a los que por su pereza, o desconocimiento no se acercan a la fuente del saber humano. Ya he dicho muchas veces, que carezco de educación en casi todas las facetas; no puedo decir que sea una ignorante, pero no estoy libre de pensamientos oscurecidos, por eso busco la atmósfera relajada para meditar, cosa muy difícil, porque destellan burbujas de luces incandescentes que me envian la gente que me quieren mal. Hablar de las visiones es algo que se que cuesta entender, para los que no son videntes o que ni siquiera puedan visualizar una escena de su vida; porque no todos pueden ver en el mundo inmaterial y crear imágenes y escenas. Y nos plantea el asunto de la siguiente manera: Veo visiones de otras vidas, en concreto una salta a cada instante: mi vida en la pradera. Me siento como el viajero en el tiempo. Brillaban y resplandecían sus ojos amatistas, ojos de águila, y su cara morena aceitunada, ahora estaba acalorada y animada. El fuego ardía en sus ojos con intensidad, y el resplandor leve de las luces incandescentes en forma de racimos de lirios y azucenas blancas sobre la verde pradera. Nuestro tipi, que eran obra suya, nos envolvían y acariciaban las cálidas mantas de piel de búfalo blanco, para darnos asiento y descanso; y la atmósfera relajada tras la cena era la propia de cuando el pensamiento discurre libre de ataduras de la precisión de aquella realidad vivida en otra dimensión, con otra gente y con otra madurez. Esta llega con los años, con la renovación diaria del compromiso de la pareja de compartir juntos el mismo yugo, (cónyugues), la misma suerte (consortes) y la misma promesa (esposos). No se trata de sentir las mismas emociones de los inicios, sino de ahondar en el amor, de amar con profundidad:
<<La prolongación de la vida hace que se produzca algo que no era común en otros tiempos: la relación íntima y la pertenencia mutua deben conservarse por cuatro, cinco o seis décadas, y esto se convierte en una necesidad de volver a elegirse una y otra vez. Quizá el cónyugue ya no está apasionado por un deseo sexual intenso que le mueva hacia la otra persona, pero siente el placer de pertenecerle y que le pertenezca, de saber que no está solo, de tener un "cómplice", que conoce todo de su vida y de su historia y que comparte todo... Eso también produce satisfacción que acompaña al querer propio del amor conyugal. No podemos prometernos tener los mismos sentimientos durante toda la vida. En cambio, sí podemos tener un proyecto común estable, comprometernos a amarnos y a vivir unidos hasta que la muerte nos separe, y vivir siempre una deliciosa intimidad. ¿No es mucho esperar que partamos de esa idea de vivir juntos?, para eso volvimos a la vida, para cumplir la voluntad de Dios. Pero, un enemigo invisible ha afectado nuestras vidas, proyectos, actividades institucionales y laborales y ha provocado miedo y desconcierto. Aun en la preocupación, debemos ver esta gran prueba con una mirada profética.
<<Comencemos juntos, sobria y humildemente, a pensar en el futuro: sé que es agobiante, siento todo el peso. Sin embargo, no podemos abandonarnos a la desolación: ¡Hoy es Pascua! Es la fiesta de la luz que ha vencido las tinieblas, fiesta de la vida, del ánimo y de la esperanza que vence el miedo. Recomencemos desde el amor de san Francisco que, desaproiándose de todo, se convirtió en un gigante de la Iglesia y de la espiritualidad universal.
En la autenticidad del mensaje de franciscano podemos reencontrar la fuerza de la verdadera vida a través de la solidaridad y la opción preferencial por los pobres y necesitados. Hoy nuestro prójimo es nuestro vecino, que está enfermo, solo; sintámonos al servicio de los demás. Os invitamos a ser protagonistas de nuestro futuro: solo juntos con la solidaridad, cohesión social, convirtiéndonos en una única familia, como comunidad unida y sólida, lograremos vencer este desafío y renacer más fuertes.>>
Y si fuera él; y si él fuera Jesús de Nazaret. Fue en otoño. Me había puesto de acuerdo con una conocidas para ir a una reunión de gente espiritual. En cuánto llegué, me encaminé hacia el centro ... Entonces fue cuando lo ví. Eran muchas mujeres. Sentadas en pequeños grupos a lo largo del salón principal. Él hizo una exposición de su trabajo, quedó cansado, agobiado, quizá hambriento. Aquel día lo vi. Antes solo había pasado al lado, andando de espalda. Yo sí, sabía perfectamente lo que debía hacer. A finales del año fue a visitar a unos amigos a ... Al principio se mostró titubeante. Me dijo, que no disponía de medios, no era nadie. Y, sobre todo yo, tenía ya casi sesenta años. Al final le pregunté: Si no fuera quien soy, ¿qué me dirías?. <<Que te ocupes de tu misión>>, respondió. Y me dió el permiso. <<Si se nos olvidaran los evangelios, y solo pudiésemos retener estas palabras de Jesús, sería suficiente para presentir la novedad y la belleza de su amor. Una invitación a vivir de modo tan gratuito, abierto, bendito y desprendido que un deseo así no puede brotar de nosotros. Amamos porque nos aman, queremos a los que son afines, entregamos nuestro afecto a los que nos corresponden. Jesús nos invita a descubrir hasta dónde llega la medida contenida en nosotros. Somos más amorosos de lo que nos mostramos.
Amamos con un porcentaje mínimo comparado con el potencial que Dios pone en nuestro corazón: un amor vulnerable y pacificador. No podemos saber del caudal de este amor si no experimentamos en nosotros. Todo gira alrededor de este convencimiento: <<Como el Padre es compasivo>>, como él es bueno con los desagradecidos. Cuando podamos agradecer la medida generosa y rebosante que él tiene con nosotros, se nos regalará poder verterlo a su manera.
<<Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde.>> William George Ward.
¿Quién es el malo?, ¿quién es la mala? Ha venido ha visitarme una ternerita de búfala blanca, junto a la ternera ha llegado una niña de largas trenzas morena. Ambas llevan días revoloteando a mi alrededor. Han llegado por el mundo envuelto en sombras, en este precioso instante me han abrazado con un largo y cálido abrazo. Le pido a Dios, que está unión nunca me falte. ¡Quédate, niña, conmigo! Declinando está la tarde, sus palabras van corriendo como un río al hondo mar de los sueños. En la penumbra de la visión me muestra la niña a una mujer tenebrosa; es de piel clara, rubio sus cabellos; en la pena y el gozo se realiza el rito. En una estancia que parece un cuarto de baño, la mujer se extirpa una costilla,(en el plano etérico se ven cosas inimaginables...) la envuelve en un hilo rojo, toma sangre que gotea y la empapa en su flujo, ese hilo rojo lo ata a un muñeco hecho de tela, donde introduce la costilla con los hilos rojo..., el hechizo y los conjuros hacen del hombre un ser ausente, su alma vaga perdida en el nimbo, sin aliento divino es desprotegido y está a merced de la voluntad de la mujer. Ella quiere ocupar un lugar que no le pertenece por derecho de conciencia, por eso acude a pedir ayuda a Satán, y los espíritus malévolos a los que ella suplica el amor del hombre, mediante el engaño y el soborno, está mujer sabe manipular el mundo que la rodea para su beneficio, sin importar hacer el mal a los demás. Aparece el Arcángel Miguel, tiende la mano a la niña y vuelan hacia el Nimbo. Cadenas de almas se cruzan de cinco o seis. Qué extrañas, me decía mirándolas. Cuando se cruzaban con nosotros, curioseaban a través de los cristales de sus ojos tristes, en los que la curiosidad se mezclaba con una especie de orgullo extraño, de desprecio apenas disimulado, ví a la abuela María, al abuelo Ramón; me decían quedate con nosotros. No eran ellos, era una trampa del diablo para retenerme en el Nimbo. Yo ví, como el diablo ponía la mano sobre la mujer mientras hacia el ritual... Realmente las extrañas imágenes eran bellas y libres. -Papá- padre, ¿por qué no me reconoces? Un grupo más numeroso de almas alzan sus manos pidiendo ayuda; veo a mi padre, perdido, le tomo de la mano y lo saco del Nimbo. Los muertos recientes están más cerca de nosotros y precisamente por eso los queremos más. -Pero, niña, él no está muerto. -La visita al Nimbo es porque esa mujer ha vendido su alma al diablo; por eso yo he he ido a rescatarlo con la ayuda del Arcángel Miguel. <<No es mi intención pedirles que acepten algo sin que haya motivos razonables para ello. No tardarán en admitir lo que necesito que admitan. Ya saben, por supuesto, que una línea matemática, una línea de grosor cero, no existe en la realidad. ¿Les enseñaron eso, verdad? Pues tampoco existen los planos matemáticos. Estas cosas no son más que meras abstracciones.
<<No hay ninguna diferencia entre el tiempo y cualquiera de las otras dimensiones del espacio excepto que nuestra conciencia se desplaza por él>>. Pero algunos insensatos han entendido mal esta idea. ¿Todos están al caso de lo que se dice sobre la cuarta, y la quinta dimensión?... Sencillamente se trata de lo siguiente. De que se considera que el espacio, tal y como nuestros matemáticos lo entienden, posee tres dimensiones, que pueden denominarse longitud, anchura y grosor, y siempre se define a tres planos, cada uno de ellos en ángulo recto respecto a los otros. Pero algunas personas con inclinaciones filosóficas se han dedicado a preguntar que por qué tres dimensiones en particular, ¿por qué no marcar una diferencia más en el ángulo recto respecto a las otras tres?, e incluso han elaborado toda una geometría de esta cuarta dimensión.
<<El profesor Simon Newcomb la expuso en la New York Mathematical Society hace apenas unos años. Ustedes saben que es una superficie plana, que solo tiene dos dimensiones, podemos representar la figura de un cuerpo sólido tridimensional, pues de manera similar ellos creen que con maquetas en tres dimensiones podrían representar una figura de cuatro, si consiguieran dominar su perspectiva. ¿Lo ven?.
Pero ese gran problema que es el Diablo, ya no existe. -dice la niña muy resuelta- ¿Por qué, que sabes tú del Diablo?- Al tomar a mi padre de la mano surgió un rayo de tal magnitud que lo ha cegado, lo pude amarrar con cadenas y los Ángeles lo han encerrado en los túneles del inframundo, allí hai ido a parar muchos de los ángeles de las tinieblas que han combatido contra el Arcángel Miguel. La mujer rubia, está junto al diablo, atada con cadenas, ya no hará más daño a mi padre y a ti madre. -Bueno, niña, pues no me importa expicarles que llevo ya un tiempo trabajando en este tema de las dimensiones; y también he visto al diablo atado con cadenas en los túneles acompañado de la siniestra rubia que ha tratado ocupar mi lugar mediante la magia negra. Se da no obstante una distinción irreal, porque en nuestro mundo visionario pocos pueden entrar en nuestra consciencia, donde se ve desde el comienzo hasta el fin de nuestras vidas. Lo visionado solo es real en el mundo invisible. -La niña, se quedó pensativa. -Pero yo he visto a mi padre fumando una pipa y ya está feliz, he aquí el retrato de mi padre: Es alto, alegre, cariñoso...
Estoy muy segura que podemos desplazarnos libremente en otras dimensiones. De hecho, los sueños, son visitas a otras realidades. Tengo el recuerdo muy vivido de una fiesta de cumpleaños, donde alguien da un gran banquete, soy invitada, porque la mujer es una vieja amiga. El sol alumbra con esplendor, la gente corre hacía una playa limpia y clara , de arenas doradas... Fin por hoy, hasta otro día si así Dios lo quiere. Hay que salir de los encantamientos y de los hechizos a los que la humanidad lleva siglos sometida. Hora de despertar. Es tiempo de leer y estudiar todas las profecías. Amén.