lunes, 4 de abril de 2022

El Bosque Mágico: El humano tiene un gran valor porque es divino

 <<Piedra fundamental en el desarrollo histórico del hombre. ser veraz. En el hombre <<es verdad>> aquella conformidad entre lo que debe ser y lo que se es. De aquí que el cristiano cuanto menos hombre sea, se encontrará más lejos de lo verdadero. Cuanto más humano tenga, se encontrará más cerca de Cristo, que es la misma verdad. ¿Seguiremos despreciando esas virtudes humanas que erróneamente algunos llaman virtudes exteriores? Tan interiores son, tan íntimas que son constitutivas de la misma naturaleza de nuestro ser. Nuestras obras, para que sean verdaderas, han de realizarse en conformidad con nuestra naturaleza humana; todo lo que se aparte de esta línea de conducta es falso. Y cuando esa falsedad se ejecuta a sabiendas, con engaño por parte de quien la falsea, da a luz a la mentira.

<<A vosotros lo decimos, hombres de poca fe: <<¡La verdad os hará libres!>>. Buscadla antes que la noche oscurezca vuestros ojos. Fuera de Cristo no la encontraréis. Y tú, no temas a esos jóvenes que buscan la verdad; ámalos. El hombre consciente de que posee, por la fe, lo que los demás buscan por las obras, deja abierto el camino a los que pretenden hallarla. Es más, fomentará la actividad sincera del hombre de ciencia pagano, la del obrero descreído, la del político sin fe y la del investigador ateo, que desarrollan un esfuerzo gigantesco por derrocar lo que es cimiento inconmovible. ¡que busquen! ¡Que trabajen! Nada podemos temer. Estamos en la verdad. Esta es una y ésta es El. Estamos en la verdad y debemos vivirla, para que el elogio de Natanael en los labios de Cristo pueda repetirse en todos los hombres: <<He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño>> (Juan, I, 47).

<<Inteligencia y voluntad son dos facultades, que son principio de acción, potencias de operación, el hombre debe desarrollar la libertad, la honradez, la laboriosidad, la fraternidad, la generosidad, la valentía, la alegría, el optimismo, la sinceridad, la sociabilidad, y fundamentalmente las cuatro virtudes humanas que sirven de soporte a las cardinales: recta razón, equidad, reciedumbre y sobriedad. El hombre debe tender naturalmente a ser perfecto en su concreta realidad de hombre. Se es tanto más humano cuanto más arraigadas están las virtudes humanas en nuestra naturaleza, y arraigan por los actos reiterados y los esfuerzos personales. En teoría, no hace ninguna falta la ayuda sobrenatural para llegar a ser hombre perfecto. Son suficientes los recursos de la Naturaleza. Pero de hecho, el hombre que pretende alcanzar ese ideal exclusivamente por las fuerzas naturales, parará en bestia.

<<Mientras ese hombre permanezca en estado de pecado mortal, las virtudes morales adquiridas está en una situación muy poco estable, y no en el estado de virtud sólida y verdadera. En tanto que el hombre se encuentra en estado de pecado mortal, su voluntad se halla alejada habitualmente de Dios; en lugar de amarle sobre todas las cosas se ama a sí más que a Dios. De donde se sigue una gran debilidad para cumplir el bien moral, aun de orden natural.>>

<<Por el pecado mortal está la voluntad alejada directamente del último fin sobrenatural, e indirectamente del último fin sobrenatural, e indirectamente del último fin natural, puesto que una ley natural nos obliga a obedecer a Dios. Así que todo pecado contra el último fin sobrenatural es, indirectamente una falta contra la ley natural>>. <<Las verdaderas virtudes adquiridas del hombre en pecado mortal no tienen solidez, porque no tienen conexión, no están suficientemente apoyadas por las virtudes morales próximas, que con frecuencia faltan>>.

<<Para que las virtudes adquiridas se encuentren en el estado e virtud sólida, preciso es que estén conexas o formando unidad, y para esto es necesario que el hombre no esté ya en pecado mortal, sino que su voluntad esté rectificada con relación al último fin. Es preciso que ame más a Dios que a sí mismo; al menos, con un amor de sentimiento. Y esto es imposible fuera del estado de gracia y de caridad>> <<Siendo hijos de Dios -por la Gracia-, necesitamos obrar como hijos de tan gran Rey. Y para actuar hemos recibido con la gracia las fuerzas necesaria -virtudes infusas-, directamente puestas por nuestro Padre, Dios, en el alma. Se llaman sobrenaturales porque están por encima de las exigencias de la naturaleza. De ellas, unas se llaman teologales, porque miran a Dios directamente; Él es su objetivo inmediato. (Creer en Dios y en todo cuanto Dios y nos ha revelado; desear la posesión; amarle amarle más que a nuestra misma vida; ahí tienes la Fe, la Esperanza y la Caridad). Otras se llaman morales, y su objeto inmediato los constituyen los medios sobrenaturales que son necesarios para alcanzar nuestro fin sobrenatural. (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza forman el soporte de un cúmulo de virtudes que tenemos que practicar para que el tesoro que tenemos en Dios no se pierda por el pecado mortal, ni se empañe por el venial).

<<Por la gracia de Dios somos hijos de Dios. Por las virtudes infusas podemos obrar como tales. Pero todo esto no es suficiente. Aun con todo lo que hemos recibido de Dios no hemos dejado atrás el error o pecado. La razón sigue sujeta al error. No llega a conocer, porque es limitada, toco cuanto le convendría saber. A veces el hombre se comporta dignamente porque vence con su razón a los apetitos y a los sentidos; otras se comporta como un imbécil porque se deja arrastrar por ellos. Se hace preciso que el Espíritu Santo no nos deje solos en medio de la lucha que el hombre padece para alcanzar la unión con Cristo en la santidad. El Espíritu de Dios nos cuida; no ha descuidado este punto capital. El Espíritu nos provee de sus inspiraciones para que podamos con facilidad encaminarnos a la perfección. Las disposiciones  que hacen del hombre un sujeto dócil y moldeable a la divina inspiración, reciben el nombre de Dones del Espíritu Santo. Contamos, por tanto, con la gracia de los Sacramentos para nuestra vida de humanos. Sí, sí; ése es el camino; nunca lo hemos perdido de vista. Fe, Esperanza y Caridad, sí. Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza, sí. Oración y ayuno, sí. Por muy poderoso que seas- no lo olvides-, si murieras en pecado mortal, te irías al Infierno. Con los demonios. Eso sí ¡con un karma que te traerá una vida muy difícil en posteriores reencarnaciones!

-Damian hablaba y hablaba sin parar, hasta que se levanta Violeta y lo calla- Ella le preguntó que por qué no escribía lo que pensaba. Para qué, le pregunto él, con cuidado desdén. ¿Para competir fraseólogos incapaces de pensar  consecutivamente por sesenta segundos? ¿Para someterse a la crítica de una burguesía obtusa que confiaba su moral a la policía y sus bellas artes a un empresario? Iban a menudo a su finca en las afueras de Sanlúcar y a menudo pasaban las tardes solos cuidando del Bosque Mágico. Poco a poco según se trenzaban sus pensamientos hablaban de de asuntos menos remotos. La compañía de él era como un clima Mediterráneo; un clima cálido para una planta exótica. Muchas veces ella dejó que la oscuridad los envolviera. El discreto salón a oscuras, el aislamiento de la casa, la música del arroyo que aún vibraba en sus oídos, los unía. Era una unión álmica. Esta unión la exaltaba, limaba las asperezas de su carácter, y  hacia emotiva la vida intelectual de Damian. Violeta a veces se sorprendía oyendo la melodía de su letanía en los sonidos de su exquisita voz. Pensó que a sus ojos debía alcanzar él una estatura angelical; y, al juntar más y más a su persona la naturaleza fervorosa de su acompañante, escuchó aquella extraña voz impersonal  que reconocía como propia, insistiendo en la soledad del alma, incurable. Es imposible la entrega, decía la voz: uno se pertenece así mismo. El final de esos discursos fue que una noche durante la cual Violeta había mostrado los signos de una excitación desusada por ella; Damian le cogió una mano apasionadamente y le apretó la mejilla. Violeta se sorprendió mucho.

La interpretación que ella había dado a sus palabras lo desilusionó. El pensaba hablando en voz alta - << Más estúpido que los malvados son los estúpidos>> -¿Quién? -preguntó Violeta, pegándose más a la puerta. No le gustaba la expresión de Damian. Tampoco le gustaba su malévola sonrisa, pero menos le gustaban las sensaciones que estaban despertando en su cuerpo. ¿En qué clase de mujer se había convertido? Una cosa era dejar la piel trabajando en el Bosque mágico y otra era desear tener la tranquila compañía de un hombre. Sus palabras de fuentes divinas, hacían ríos y arroyos de palabras cálidas; a veces salían palabras a una temperatura tan gélida que era difícil resistirlas o tolerarlas; al menos para ella.

Damian cerró los ojos y alzó la cabeza para que la luz del sol le golpeara la cabeza y resbalara hacia su corazón- ¿Contenta? -pregunto guiñándole un ojo. -Deja de hacer payasadas -respondió Violeta alucinada. ¿Su guía espiritual le había guiñado un ojo? No. Había parpadeado por culpa de la luz del sol. Eso seguro. -Mujeres. Nunca estáis satisfechas -suspiró, compungido. Violeta abrió los ojos de par en par. ¿Damian acababa de hacer una broma? -Violeta, no tenemos que hablar -respondió él de nuevo, serio. -De acuerdo, ¿de que quieres hablar?- ¿Por qué me odias? -preguntó ella directa al grano. -No te odio -respondió él, alucinado. -Pues lo disimulas muy bien. Hace muchos años que me evitas -afirmó saliendo por la puerta del salón con escalofrío. Desde luego el calor del sol se había evaporado.  -Hace siete años que no piso la casa del pueblo. Y no es por qué te evito a ti. Simplemente no vengo. -Ahora estás aquí -contestó él alzando la vista al cielo. -Y estamos hablando, ¿o no? -¿Porque no me puedo acercarme a ti? -Efectivamente. No creo que la mejor manera de tener una conversación sea encerrado en nuestro cinismo. -Violeta lo miró desafiante, cruzó los brazos bajo su pecho es inspiró y exhaló con fuerza en un intento de mostrar su irritación sin usar palabras.

-Si sigues así, esto no va a funcionar. -¿Así, cómo? -preguntó ella, chasqueando los dedos. -Exaltando mis sentidos. -Te ví correr para verme. Tú perro se adelantó ante tus pies. -¿Cómo? -Violeta desvió la mirada hacia sus ojos, vió su alma en ellos cálida en destellos largos, las palabras había dejado un frío terrible. -¡Eres imposible! -exclamó casi sonriendo. -¡No es culpa mía! -Al ver que Violeta se disponía a recriminarle su actitud, optó por no permitirle hablar-. Me niego a someterme a la aprobación de tus amigas, sus efectos son como una ducha helada, ¡oh, Dios!, sus efectos secundarios pueden ser pernicioso para mi salud. -Damian parecía herido de muerte- Idiota- articuló Violeta entre risas. -¿Te he dicho alguna vez que cuando te ríes eres aún más hermosa? -susurró Damian, extendiendo la mano y acariciándole la mejilla con sus manos. Violeta dio un respingo al oír su susurro y entornó los ojos como si recordara algo. Damian apretó los dientes y se regañó a sí mismo por ser tan idiota de dejarse llevar cuando no debía. No nunca más. No dejaría a nadie enterarse de sus asuntos privados. -Hagamos un trato-propuso-. Yo abro la puerta de mi corazón y tú hablas conmigo, a solas, después de comer. -Trato hecho- Damian alzó los brazos y los colocó a ambos lados de la cara de su amada Violeta. Violeta no intentó apartarse. Él bajó la cabeza hasta quedar a escasos centímetros de sus labios se perdió en sus ojos-. Violeta creyó leer en ellos nostalgia y anhelos, mezclados con un poco de tristeza y una pizca de esperanza. Ella nerviosa; se acababa de dar cuenta de que deseaba besarle. Él se acercó hasta tocar su boca con su aliento. -No olvides tu promesa. Se separó de ella lentamente, sin dejar de mirarla. Violeta oyó el sonido rasgado del cerrojo abrirse, había llegado Luisa, su asistenta, llegó hablando, y sin comprobar si Damian se había ido o no. Violeta se quedó obnubilada con lo que le estaba contando Luisa.

-Señora, en el pueblo han ocupado la casa de Francisca la del parral. Una extranjera, ha usurpado la casa que Francisca tiene cerca de la playa. Ella y sus hijos al enterarse fueron a ver qué ocurría, comprobaron que la había ocupado una mujer extranjera. Había estado viviendo unos años en Ibiza, el viento de un hombre la trajo aquí, ellos se divorciaron. El fue a parar a la cárcel acusado de maltrato a la mujer; ella ha conseguido una pensión... Francisca tuvo unas palabras con la ocupa de su casa, cuyo resultado ha sido un pleito cuya sentencia ha culpado a Francisca. La ocupa ha cobrado una indeminisaciónn de 50.000 euros. Francisca ha perdido el juicio. Porque la ocupa la acusa de tener la casa descuidada, con humedad en las paredes y techos, goteras en el baño... etc. 50.000 euros pagó Francisca a la mujer que ha usurpado la casa que estaba esperando arreglar su hijo alberto, para casarse. <<¡La vida en este Bosque Mágico se está convirtiendo en algo mu exótico!>>. Acto seguido sacudió su cabeza y se fue a la cocina, no paró su carrera hasta estar segura en intimidad de sus perolas. ¡Aceite, más caro que el oro! La luz del sol, para alumbrar. Es barata. Violeta esperó a que Damian suspirara para decir: -Ah, pues ha pasado Francisca a mejor vida. Le dió un ictu. Damian suspiró otra vez y bajó la cabeza asintiendo. Francisca le pasó los dedos al cheque antes de entregarlo al juez. -Y él... ¿tranquilo? -preguntó. -Oh, sí señora, muy apaciblemente -dijo Luisa-. No se supo cuándo Francisca exhaló el último suspiro. Tuvo una muerte preciosa, alabado sea el Santísimo. -¿Y en cuanto a lo demás...? Que la ocupa se ha hecho dueña de la casa, y además se ha declarado en pobreza absoluta y cobra dos pensiones... Una por maltratada y otra por acosada por un drogadicto de la zona rural... ¿Hay quien de más? Un mundo del revé -El espiritual Damian estuvo en el entierro el martes y le dio, el sagardo adiós, y todo lo demás-¿Sabía, entonces que había perdido el juicio?-El jurado, estaba muy conforme-dijo Luisa. -Pues es verdad dijo Violeta, pobrecita que vino de lejos, de Alemania es la ocupa. Bebió un poco de agua y dijo: -Bueno, Luisa, debe ser para usted un gran consuelo sabes que hicieron por ella todo lo que pudieron. Debo decir que ustedes fueron muy buenas con la ocupa y con la difunta muy injustos. -Violeta se aliso el pelo. -¡Pobre Francisca!-dijo Luisa-. Sólo Dios sabe que hicimos todo lo posible con lo pobres que somos..., pero no podíamos ver que tuviera necesidad de nada mientras pasaba lo suyo. Un pañuelo, se puso en la calle Sato Domingo, para recoger dinero para que la familia de Francisca pague la multa de 50.000 euros. Solidaridad y cooperación. Le han ofrecido trabajo a la ocupa, dijo, ¡no!, que me duela mucho la espalda. Fin por hoy, hasta que así Dios lo quiera. Ardiente primavera. El hombre no conoce <<¡El valor divino de lo humano!>> Esta es una época de hombres desilusionados, oprimidos, sin esperanza, sin firmeza, sin claridad. Así buscaron las LLaves del Paraíso. Así que buscaron las llaves en el fondo del mar, matarile, lire, lire, esta vida es seria y así hay que tomarla. ¡Que el Señor acoja en Su seno a todos los malvados e inicuos. -eso dijo mi tía Francisca...