lunes, 6 de mayo de 2024

El Bosque Mágico -Lo que los jóvenes preguntan 148º

 La frase <<buscad y encontraréis>> puede aplicarse a la educación normal y a la auto-educación. Una mente obtusa es una mente muerta. Si no nos movemos hacia adelante, nos desintegraremos, porque nada de lo que conoce la ciencia es inmutable. Debemos formular preguntas si queremos obtener respuestas. Debemos investigar a Dios, sus leyes y las de la naturaleza, el mediumnismo y todo los  misterios del mundo invisible y espiritual, si deseamos saber qué es lo responsable del fenómeno de la vida y de la muerte, y el Karma. Abordar esta investigación significa poseer una mente abierta, y recordar una advertencia: <<¡Que todos los presentes estén atentos a las señales del Final de los Tiempos!>> Estamos siendo examinados, nos jugamos en este examen o juicio final: La inmortalidad. ¡Sí! Vivir aquí en la Tierra un milenio, todo el Reinado de Jesucristo. La Era del Amor y la alegría. La Paz Universal Global.

<<¡Sólo se vive una vez! ¿O no?>> Durante siglos, el hombre ha meditado en la cuestión de la reencarnación: la doctrina que sostiene que el hombre vive no una vez, sino varias, en la Tierra. Hasta la actualidad, el mayor interés por la doctrina de la reencarnación ha residido en el hemisferio Oriental. Sólo en estos últimos cuarenta años han investigado seriamente los científicos occidentales la posibilidad de la reencarnación del alma humana en otro cuerpo, con el propósito de vivir otra existencia y no en otro mundo sino en la Tierra. Aunque los científicos han empezado sus trabajos recientemente, la creencia en la reencarnación tiene ya siglos de existencia, incluso en Occidente.

Al considerar la teoría de la reencarnación, es importante entender que aquí no nos interesa la teoría de la transmigración de las almas (que afirma que el alma renace en la Tierra en muchas formas, desde árboles a animales inferiores hasta volver a ser hombre, yo esto lo desconozco, sólo me veo como mujer o como hombre y sé que he vivido más de dos o tres mil vidas anteriores, porque se me mostró, filas interminables de personajes, con el mismo rostro en diferentes época, cuando hombre mismo rostro, quizá barbudo y melenudo, pelo corto pero igual rostro; igual, los personajes de mujer, cambia color de cabellos claros o castaños, pero, igual forma de rostro y cuerpo; no me he visto como árbol, ni como animal). La reencarnación es el renacimiento de un alma en otra sola forma humana, aunque dicha forma pueda cambiar a cada encarnación, de modo que el alma que en una existencia habitaba en un cuerpo masculino, puede luego penetrar en un cuerpo femenino, o viceversa.

Lo que importa recordar respecto a la teoría de la reencarnación es que el alma continúa habitando en un cuerpo humano. Sin embargo, la teoría no sólo admite los cambios de sexo, sino también de raza. (Esto es cierto, yo veo que soy un chino, un monje inglés, un campesino español, que le encantaría su huerta porque repite siete vidas con el mismo personaje, una mujer francesa de la época de la Revolución, una mujer nativa norteamericana, otra alemana de la época de la segunda guerra mundial, y ahora, pero conozco a otros personajes, son miles.) Es decir, una persona puede encarnarse en la raza amarilla, en una existencia; en una negra, en otra; y en la blanca o aceitunada, en otras.

Esta teoría se basa en la creencia de que el hombre debe experimentarlo todo antes de poder volver a la Nada. Esta Nada no es un estado de quiebra, sino sólo un estado suficientemente grande para contenerlo todo. Durante siglos, los yoguis y otros místicos han hablado de ciclos de creación. En un sentido poético, tales ciclos pueden considerarse como los días y las noches de la Creación. La Biblia cristiana, junto con otros muchos libros sagrados de otras religiones, sostiene que todo lo existente procede de la Nada.

Las religiones orientales han ampliado esta idea al referirse a un día de creación como un estado en que el Creador No Manifestado o Absoluto se manifiesta. En este proceso de manifestación, el Absoluto se limita a sí mismo. Toda creación manifiesta conoce ciertas limitaciones, puesto que posee un principio y tiene un fin. Sólo en el estado de No Manifestación o Nada no existen limitaciones. Una vez iniciado el proceso de manifestación, el proceso de concentración (el regreso al estado manifiesto) ha empezado también. Estos dos procesos son las dos caras distintas de la misma moneda. Así como no existe una moneda con una sola cara, no puede empezar la manifestación creadora sin el comienzo simultáneo de la concentración (en que el Absoluto regresa a sí mismo), para volver al estado manifiesto de la Nada.

Así, según la doctrina de la reencarnación, el espíritu individualizado -el alma- se manifiesta en el organismo corpóreo de un ser humano para que pueda experimentar y evolucionar hasta poder regresar a la unidad del ser puro, la Nada. La frase <<el alma es para experimentar y evolucionar>> forma otro pilar de los cimientos de la reencarnación. Quienes enseñan esta doctrina, declaran que el alma evoluciona de acuerdo con unas líneas espirituales, y que a cada nueva existencia se le ofrecen las oportunidades necesarias para su mejor evolución. Esta idea de la evolución espiritual, o evolución del alma incorpórea, es análoga a la idea de la evolución física. No intento ahora ponerme en contra de la teoría de la evolución física, (yo siempre me veo humana y un cuerpo perfecto, igual que Dios) sino destacar solamente que una creencia en la evolución espiritual <<o la idea de crecimiento hacia la perfección>> no pertenece sólo a la reencarnación.

Atentos a este mensaje: (<<Las almas que han estado sufriendo en el lago de la gehenna, se han purificado de sus pecados, se han perfeccionado, y esas alma son los Niños de Oro, que llegan para reemplazar a esta raza impura y necia e inmoral. Así, que son millones... los que se van al abismo, lo sé, desde el corazón, desde los mensajes del infinito, así que vamos a ser muy buenos y vamos a estudiar a Dios, Sus leyes y las leyes de la naturaleza, para perfeccionarnos y poder disfrutar de la Edad Dora, el Reino de Cristo. Tal como está escrito en las Sagradas Escrituras.>>)

Una enseñanza hermética dice: <<Tanto arriba como abajo>>. Si el hombre evoluciona físicamente (y los biólogos, los genetistas y los antropólogos físicos han aportado pruebas que apoyan esta teoría), según la enseñanza hermética podemos esperar que el alma se modifique a través de la experiencia, buscando el estado de unidad con lo Absoluto, de donde emergió. Mas ?y el cristianismo? ¿Contiene los documentos históricos de la religión cristiana alguna alusión a la doctrina de la reencarnación? 

Examinemos el principal documento histórico de la cristiandad: La Biblia. Veamos antes en el Eclesiastés, 1:1;1: <<Lo que ha sido, es lo que será... y no hay nada nuevo bajo el sol. ¿Hay algo de lo que pueda decirse: <<Esto es nuevo>>? Siempre se trata de algo ya viejo, de otros tiempos, algo que fue antes que nosotros. (No muchas personas, tienen recuerdos de vidas anteriores, pero las hay, yo soy una de ellas.) El concepto de que el alma que habita un cuerpo ha habitado con anterioridad el cuerpo de una persona ya muerta, lo encontramos en Mateo, 11:11;15: <<Entre los nacidos de mujer no se ha elevado nadie tanto como Juan el Bautista... Porque todos los profetas y la Ley profetizaron hasta Juan. Y si lo recibes, éste es Elías, el que está por venir. El que tenga oídos para oír que oiga.>>

El profeta Elías hacía muchos siglos que había abandonado la Tierra en el carro de fuego; y no obstante, por boca de Mateo, Jesús asegura a una muchedumbre que Juan el Bautista es Elías. Si consideramos la Biblia como un libro inspirado o sólo como un documento histórico, este testimonio indica que los que vivían en tiempos de Cristo estaban familiarizados con la idea de la reencarnación.

En realidad, se creía que Cristo era la reencarnación de uno de los profetas, como muestra Mateo en 16: 13; 14: <<Cuando Jesús llegó a la costa de Cesárea de Filipo, les preguntó a sus discípulos: <<¿Quién dice la gente que  es el Hijo del Hombre?>> Y ellos contestaron: <<Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y los más Jeremías o uno de los profetas>>.

Esta respuesta le daba a Cristo la oportunidad de ridiculizar la idea de que un hombre pudiera ser el alma reencarnada de otro muerto con gran antelación. Es interesante, por tanto, ver que la Biblia no presenta el repudio de Cristo sobre la creencia de que los hombres que vivían en su época pudieran ser almas reencarnadas de personas muertas. Entre las múltiples teorías acerca de por qué la doctrina de la reencarnación no consiguió el favor de la Iglesia cristiana, hay una que afirma que la Iglesia y los gobernantes de la Tierra pensaban que podrían dominar mejor a sus siervos si éstos creían que sólo tenían una oportunidad de ganar el cielo. (Hay que recordar que durante muchos siglos la Iglesia y el Estado marcharon de común acuerdo).

Al remontarnos al tiempo del rey de Constantinopla, Constantino a petición de su madre Elena, el rey, ordenó a San Bernardo que hiciera una reforma de la Biblia y eliminara la reencarnación, porque la gente del pueblo cantaba bajo las murallas del castillo a la madre del rey. Cantaban algo así: Elena, eres mala, eres p..., cuando vuelvas a reencarnar volverás como una rata, o como una vil serpiente. Y, ese es el motivo que corría de boca en boca en aquel tiempo, hasta llegar al nuestro. No sugiero aquí, en modo alguno, que se está la única explicación posible a que la Iglesia haya eliminado la creencia en la reencarnación. Tal vez pocos sucesos (probablemente ninguno) tienen una explicación sencilla. Jesús dijo: <<En verdad os digo que antes que existiera Abraham, Yo Soy.>> (Juan 8,58). Y yo puedo decir, antes que Jesús, y que Abraham, Yo soy. 

<<Antes de que existiera Abraham, o el mundo, Yo Soy. Cuando todo el tiempo deje de existir, Yo Soy. Yo Soy la consciencia informe de ser, concibiéndome como una persona. Por mi eterna ley del ser, debo ser y expresar todo lo que creo ser. Yo soy la eterna Nada que contiene dentro de mi ser informe la capacidad de ser todas las cosas. Yo soy aquello en lo que viven, se mueven y tienen su existencia todas mis ideas de mí mismo, y no existen separadas de eso. Habito dentro de cada concepto de mí mismo y, desde esa interioridad, busco continuamente trascender todos los conceptos de mí mismo, únicamente porque creo ser eso que trasciende. Yo soy la ley del ser, y aparte de Mí, no hay ninguna ley. Yo Soy lo que Yo Soy.>>

Antes de iniciar una discusión respecto a qué hechos puede ofrecer la ciencia en favor y en contra de la reencarnación, consideremos la doctrina del karma, que es sólo la doctrina de causa y efecto. Esta doctrina declara simplemente que al iniciar ciertas acciones, el hombre pone en movimiento unas leyes que le producen ciertas reacciones. El karma no significa el bien y el mal, sino que habla simplemente de un retorno a lo recíproco. Muchas personas creen erróneamente que si uno apoya la teoría de la reencarnación tiene permiso para hacer todo lo que desee sin temor a ver negada su entrada en el cielo ni a caer en el infierno.

Un atento estudio de la doctrina kármica revela que, en vez de conceder tal permiso, coloca a la humanidad como responsable de todo pensamiento y acción. La doctrina establece claramente que el alma evoluciona según la forma en que decide actuar. La enseñanza hermética del retorno recíproco también se refleja en las leyes físicas: cada acción tiene una reacción igual y de sentido contrario.

El karma, al revés que todas las demás doctrinas, da a cada individuo la plena responsabilidad en el ejercicio de su libre albedrío. Según esta doctrina, ninguna persona puede razonar ninguna acción o pensamiento diciendo sólo: <<No es culpa mía, sino de tal o cual cosa>>. El lector puede preguntar: <<¿Y las circunstancias que no puedo controlar?>>. Bien, la responsabilidad sigue siendo individual. Aunque el ser humano no pueda siempre controlar las circunstancias sí cae dentro del dominio del libre albedrío y la elección individual. Una persona puede pensar que las alternativas que se le ofrecen son tan poco satisfactorias que no le permiten escoger una, pero subsiste el hecho de que son alternativas, y es posible, por tanto, elegir una en vez de otra. La clave es el libre albedrío humano. El hombre puede intentar paliar el dolor que le aporta la responsabilidad final, pero el libre albedrío lo marca indeleblemente como responsable de las acciones más nimias.

Hay que recordar que el karma no se ocupa del juicio de valores, ni de si una acción es buena o mala. Otra forma de considerar el karma es verla como una ley de oportunidades. Si nuestros actos y nuestros pensamientos vuelven a nosotros, el karma nos concede a todos la oportunidad de elegir libremente lo que nos será devuelto.

En el libro de Lloyd C. Douglas, El Diario Secreto del doctor Hudson, el protagonista opta por no recibir provechos monetarios del dinero prestado a diversas personas. En cambio, les ordena que guarden el dinero que deberían devolverle y luego lo entreguen a otra persona, cuando hallen una muy necesitada. Cree que de este modo su obsequio efectuará un círculo completo y volverá a él, tal vez no como dinero sino de algún modo benéfico para su existencia.

Así, la doctrina kármica  apareció en la literatura occidental, aunque el término karma no se haya aplicado al pensamiento filosófico. La Biblia contiene pasajes que aluden a la doctrina kármica. Tal vez uno de los pasajes más citados sea el de Mateo en 7:12: <<Por tanto, todo aquello que quisieras que los hombres te hicieran, hazlo tú a ellos. Porque ésta es la Ley y los profetas.>>

En la reencarnación, un alma evoluciona con cada existencia que pasa en la Tierra. La siguiente encarnación del alma dependerá, pues, de lo que ésta haya aprendido en su existencia anterior. De nuevo hallamos en la Biblia un versículo que refleja esta creencia. En unos de los Apócrifos, La Sabiduría de Salomón, 8:19, 20, hallamos estas palabras: <<Yo era un niño de buen carácter, y una buena alma cayó en mi cuerpo. Así, siendo bueno, entré en un cuerpo incontaminado.>> (Es muy interesante que el lector, estudie la Reencarnación y el Karma, tarea que le será muy fácil si busca a un buen terapeuta del alma, él o ellos le darán la oportunidad de decidir si desea investigar tales doctrinas con más atención.)

Hay varias opiniones científicas sobre la reencarnación. Como la evolución intelectual y objetiva son los dos instrumentos principales de la investigación científica, empezamos preguntando qué acontecimientos de la vida cotidiana sugieren la posibilidad de que la reencarnación no sea sólo una teoría sino una realidad.

Una forma posible de considerar la reencarnación es a través de la Física. Una ley básica de la Física es la de la conservación de la energía, que afirma que la energía no puede crearse ni destruirse sino simplemente transformarse de un estado en otro. Como todo lo que existe puede reducirse al estado de energía, también puede colocarse al hombre en esta categoría. Thomas Edison declaró en su diario: <<La vida, como la materia, es indestructible. Siempre ha habido cierta cantidad de vida en el mundo, y siempre habrá la misma cantidad. No es posible crear vida; no es posible destruirla; no es posible multiplicarla.>> Esta observación ilustra el primer argumento en favor de la reencarnación.

Otro argumento válido en apoyo de la teoría de la reencarnación tiene su base en el "ego". La evidencia hallada en la naturaleza humana expresa la creencia del hombre en la indestructibilidad de la personalidad o "ego". ¿Puede el hombre pensar en una época en que no existió? (Yo no) No hay que considerar como históricos los sucesos acaecidos antes del nacimiento, sino que hay que tratar de concebir un estado de no existencia del alma o de la personalidad. ¡Que conciba el lector, si puede, el momento en que no existía! Los niños pequeños suelen ilustrar mejor este concepto. Cuando los mayores recuerdan los hechos de su niñez, los pequeños suelen preguntar: <<¿Dónde estaba yo cuando tú eras niño?>>

A un chiquillo le parece imposible concebir una época en el qué no existiese. Los niños prodigio aportan otro argumento en favor de la reencarnación. ¿Cómo es posible que un niño despliegue un gran talento en alguna disciplina a tan tierna edad? Mozart, por ejemplo, era capaz de interpretar conciertos difíciles al piano a la edad de seis años. ¿Es posible que un alma penetre en un cuerpo que ha de vivir en la Tierra con los talentos desarrollados en existencias anteriores? 

Ciertamente, estos argumentos no son pruebas concluyentes de la teoría de la reencarnación. Sin embargo, han planteado muchas preguntas e incógnitas tanto a los profanos como a los científicos, impulsándoles a iniciar la investigación de estos fenómenos.

Gran parte de la investigación se ha efectuado por regresión de memoria a través de hipnosis, técnicas que obviamente contiene grandes fallos. Primero, no sugiero que todo aquel que se halle interesado por la reencarnación deba investigar a través de la regresión hipnótica. El uso de la hipnosis es preferible dejarlo para los que están mejor calificados clínica o médicamente.

Segundo, hay que considerar si la persona que lleva a cabo tales experimentos le ha sugerido en cierto modo, al sujeto, que está regresando a un tiempo y un lugar específicos. Si se han efectuado inadvertidamente tales sugerencias, el experimentador puede encontrarse con un bello fragmento de ficción que retrate la vida de un período anterior. Hay que tener mucho cuidado de no sugerir lo que el sujeto puede utilizar como bosque de construcción en que cimentar esa existencia imaginaria. 

(Te puedes encontrar con una espada en la mano, en un campo de batalla, cortando las cabezas de tus adversario, o delante de una guillotina, a punto de ver como te cortan la cabeza, o puedes ver como naufraga el barco donde viaja, o puedes ver como queman tu campamento y matan a toda la tribu, también se puede encontrar con una escena de familia idílica, junto al hombre que ama, un hombre de sueños, con dos niños preciosos muy felices, y a continuación ves la imagen como se mueren de hambre los niños, en un campamento cubierto por unas densas capas de nieve ..., y detrás ves como tú mueres de frío y de hambre... etc.)

Cuando, Olmo tenía apenas 18 o 19 meses de edad, su madre enseña una foto, que nos hicimos en un retiro espiritual. Olmo, señalando con el dedo, dice: ¡Mamá! Esta mujer, jugaba conmigo cuando yo estaba en el cielo. -¿Sí, hijo? -Sí. Sí mamá, ella me cuidaba en el cielo. Cuando Olmo estaba a punto de cumplir los dos años, estábamos en una fiesta, Olmo se acerca a su madre, le dice: ¡Mamá! Esta es la mujer que jugaba conmigo en el cielo. Me abrazó, como si fuera su madre. Yo no tengo recuerdo de esa experiencia con Olmo...

La labor de la investigación sobre la reencarnación no siempre se ve ayudada cuando obtiene fechas y nombres dentro de la historia conocida. Entonces, el investigador debe descartar cualquier posibilidad de que el sujeto haya conseguido la información a través de lecturas, viendo una película, escuchando una conversación, o asistiendo a estudios académicos relativos a la época mencionada. Pese a esto, una cuidadosa investigación de la historia de la época puede sugerir la validez de las declaraciones del sujeto.

Por ejemplo,: un sujeto puede relatar una existencia en la que era un ciudadano ordinario, sin fama alguna. Si el sujeto da asimismo fechas y nombres de su existencia anterior, y los mismos resultan auténticos en una investigación atenta y minuciosa, el investigador puede considerar que ha descubierto un caso sugestivo de reencarnación.

En varias universidades, los científicos más autorizados en las ramas de la Medicina, la Psicología y la Física llevan a cabo investigaciones sobre la reencarnación. Otra línea de investigación que tiene lugar simultáneamente, intenta explicar la información comprobada sobre reencarnación mediante la teoría de la memoria genética. Los científicos que investigan la posibilidad de que el hombre nazca en esta vida con memorias raciales, consideran la probabilidad de que nuestros genes transmitan a nuestros hijos no sólo las características biológicas sino también la memoria.

<<Se han utilizado lombrices en algunos estudios para la comprobación de esta hipótesis. Se adiestró a una generación de gusanos para que prefiriesen la luz a la oscuridad: cuando dieron señales de haberlo aprendido, los mataron. Con los restos prepararon un producto alimenticio y se lo dieron a un grupo de gusanos no adiestrados. Las crías de este grupo, sin entrenamiento previo, escogieron las zonas iluminadas a las oscuras. Este experimento para explorar la posibilidad de la memoria genética, no obstante, es tan poco concluyente en la actualidad como los casos sugestivos de reencarnación. Para llegar a una perspectiva de la verdad hay que mirar con claridad desde distintos puntos de vista. El científico siempre debe ser objetivo e investigar sistemáticamente las diversas posibilidades hasta encontrar la mejor de las explicaciones.>>

<<Yo amo la verdad -escribía el apóstol Juan-; y no solo yo sino también todos los que han conocido la verdad.>> Amor y verdad no deberían separarse en la experiencia cristiana. Por desgracia, somos dados a los radicalismos más extremos. Corremos el peligro de que, al enfatizar la verdad, perdamos de vista el amor y caigamos en una ortodoxia fría, fiel pero insensible, olvidada del gran principio de Pablo: <<La fe obra por el amor>>. En la otra orilla extrema se pone el acento en la tolerancia y la misericordia, pero al precio de perder todo respeto por la verdad revelada. No nos sorprende que haya llegado el momento en que amor sea sinónimo de sincretismo y relativismo y verdad un término convertible en fanatismo o intolerancia. Pero esta dicotomía, que hace diferencia entre la verdad y el amor, se halla ausente de toda la Biblia.>>

<<Lo que motivó, tanto la segunda como la tercera de las epístolas de Juan, fue el problema planteado a la hospitalidad cristiana dentro del marco de condiciones sociales del primer siglo de nuestra era. ¿Qué acogida debía darse a los evangelistas y misioneros itinerantes? No hemos de perder de vista que los lugares de hospedaje del primer siglo no reunían las comodidades y la seguridad de nuestros modernos hoteles, fondas o moteles. Además, solían ser lugares de mala forma, quizá por la gente que mayormente los frecuentaba. Los propietarios, por añadidura, eran gente dada a la rapiña, según se deduce de las leyes promulgadas por los romanos para regular sus actividades. No es de extrañar, pues, que los cristianos que tenían que viajar buscaran la hospitalidad de hogares de creyentes, en donde además podían gozarse en la común fe y esperanza (cf. Hechos 16:15; 17:7; Rm. 16:23; Hechos 21:8, 16).>>

<<La hospitalidad se convertía así en un problema, que planteaba una triple cuestión: 1. ¿A quién acoger? 2. ¿A quién rechazar? 3. ¿Sobre qué bases había que decidir? Tratando de dar respuesta a estas preguntas, la segunda y la tercera de las cartas del apóstol Juan ofrecen orientación y unas normas que deben guiar a las iglesias locales, y a los miembros de estas iglesias, para tomar decisiones en las que ni el amor ni la verdad cristianos no sufran menoscabo. La instrucciones del apóstol podrían resumirse brevemente en dos puntos: 1. ¿Qué doctrina trae el visitante? 2. ¿Qué conducta sigue?>>

<<Entre los judíos esparcidos por todos los rincones del globo solía practicarse esta clase de hospitalidad que, naturalmente, quedaba limitada a los verdaderamente hebreos. Entre los cristianos, parece que se apuntaba una práctica similar. La hospitalidad, al dar hospedaje a visitantes desconocidos, planteaba una serie de problemas a la conciencia cristiana que deseaba demostrar su amor pero que, al mismo tiempo, debía prevenirse contra posibles abusos. No faltaban <falsos cristianos>>, gentes sin escrúpulos que se hacían pasar por creyentes sin serlo para aprovecharse de la bondad de los cristianos del lugar.>>

<<También abundarían los irresponsables, los neófitos superficiales, que en su inconsciencia abusaban del amor fraternal. Pero los más peligrosos eran los <<falsos maestros>> (v. 7: <<los muchos engañadores>>), que no sólo eran falsos cristianos, sino falsos profetas: además de sacar provecho innoble de la hospitalidad de las iglesias, sembraban error y confusión. Es a este tipo de visitante que Juan se refiere, sobre todo, en su segunda carta. Esa temática da pie al apóstol para escribir una breve misiva -casi una nota- en la que tiene ocasión de tratar el gran tema de las relaciones entre la verdad y el amor. Lo que no era, en su primera intención, más que un escrito de circunstancias sin aparente importancia, se convierte de este modo en precioso texto inspirado. Breve, pero riquísimo en contenido. Conciso, pero denso en enseñanza>>.

<<Y lo más impresionante para el lector moderno es que, al filo de su lectura, descubre cosas que tienen para nosotros hoy -para las iglesias en el primer cuarto del siglo XXI- una gran relevancia. Lo escrito hace veinte siglos, en virtud de la inspiración del Espíritu Santo que obró en el apóstol, y que ayuda también al lector sincero y ávido de recibir Palabra de Dios, se convierte en palpitante actualidad, en sabio consejo que puede y debe orientar también nuestra problemática. El mensaje cristiano es la verdad, porque ha sido dado por Dios. Y la sustancia de este mensaje es el amor: <<De tal manera amó Dios al mundo...>; <<En esto consiste el amor, en que él nos ha amado primero...>> Tal es el acento de la verdad revelada. Amor y verdad no pueden separarse en la experiencia cristiana: el creyente se nutre de ambas realidades y su vivienda no puede eludirlas. Por desgracia, somos dados a los radicalismo más extremos. San Pablo: <<la fe obra por el amor.>>

En la Escritura, la verdad y el amor no sólo van juntos, sino que se complementan y armonizan ineludiblemente. Jesús, es el Camino el Amor, la Verdad y da la Vida eterna.

Jeremías 31,31-34 Ya llegan días -oráculo del Señor- en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No será una alianza como la que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto, pues quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor -oráculo del Señor-. Esta será la Alianza que haré con ellos después de aquellos días -oráculo del Señor-: Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrán que enseñarse unos a otros diciendo: <<Conoced al Señor>>, pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor -oráculo del Señor-, cuando perdone su culpa y no recuerde ya sus pecados.>>

Salmo 50,3-4,12-13.14-15 R. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro.

Hebreos 5,7-9 Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, siendo escuchado por su piedad filial. Y, aun siendo Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se convirtió, para todos los que lo obedecen, en autor de salvación eterna.

<<En medio de tantas oscuridades, de noches largas y cerradas, de tantas dificultades, Jesús aparece como la Luz. No una lucecilla más, sino la luz de la que salen las demás luminarias. Nosotros tenemos la oportunidad de dejar que ilumine entre nuestras pobrezas y dificultades. Es verdad que hay muchos otros reflejos y luces fatuas, como fuegos artificiales que pueden atraernos, pero son luces efímeras, espejismos o puntos de decoración que no sirven para ir a ningún sitio. Solo nos adormecen y nos mantienen quietos. Lo que necesitamos es la luz de verdad que lleva verdaderamente al Padre. Es la Luz de tantos que viene de Cristo. En la medida que la Iglesia vive unida a Cristo es capaz de reflejar esa luz a quien la necesita, como la luna refleja la luz del sol. Muchos la esperan hoy, aunque sea tenue, de tus manos y tus ojos, que son Iglesia.>> La Luz de Cristo, está en tu corazón, medita y pide a Dios que se conecte contigo.

Continuará, cuando así Dios lo quiera. >>Haz que seamos parte de <<Una época en la que somos sensibles a las voces de lo alto: y, por tanto, deseamos ser fieles y permanecer en la dirección que Cristo bendito nos ha dejado>> (Juan XXIII, Discurso de la Luna). Señor, bendice y certifica la obra de nuestras manos. Gracias, Padre del Cielo. PAZ Y ALEGRÍA UNIVERSAL LIBRES DE TODO MAL. Amén.

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